Resumen

El problema de la sobrepoblación en las comisarías de la Ciudad de Buenos Aires generó un fuerte cruce entre la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri.

La situación ya venía tensa, pero el último fallo de la Justicia, que obliga al Servicio Penitenciario Federal (SPF) a recibir a más de 400 presos condenados, desató un verdadero escándalo.

Bullrich no tardó en reaccionar y acusó al gobierno porteño de estar actuando con "mala fe" y de querer sacarse el problema de encima sin buscar soluciones reales. La ministra dejó en claro que no piensa aceptar presiones y que la Ciudad debe hacerse cargo de los presos que genera con sus políticas de seguridad.

El fallo de la discordia

Todo explotó cuando el Juzgado de Primera Instancia en lo Penal, Contravencional y de Faltas N°23, a cargo del juez Norberto Circo, ordenó que el SPF reciba a 411 detenidos con condena que actualmente están en comisarías porteñas. Esta resolución llegó después de un habeas corpus colectivo presentado por la Defensoría de la Ciudad, denunciando las condiciones en las que están alojados los presos en las dependencias policiales.

El problema es que las cárceles federales también están al límite de su capacidad, y Bullrich considera que la Ciudad no puede simplemente mandar a los presos sin hacerse responsable de la crisis carcelaria. En su respuesta, la ministra fue tajante: el gobierno porteño no está tomando el tema en serio y solo busca descargarle el problema a Nación.

Bullrich le marca la cancha a Macri

La ministra le envió una carta durísima a Jorge Macri, donde le reprochó que la Ciudad no tiene un plan serio para gestionar a los detenidos y que se está lavando las manos. Según Bullrich, el gobierno porteño quiere resolver todo con una orden judicial en lugar de trabajar en soluciones concretas.

En la carta, Bullrich recordó que desde que asumió Milei, el sistema penitenciario federal ya aumentó un 50% la recepción de presos provenientes de la Ciudad, pasando de 60-70 semanales a 90. Pero, según ella, Macri y su equipo solo han utilizado ese cupo sin buscar otras alternativas.

Además, la ministra propuso construir módulos penitenciarios en terrenos del SPF para alojar a 400 detenidos, con la posibilidad de ampliar a 1.000. Pero, según su versión, la Ciudad rechazó esta idea sin dar muchas explicaciones.

Bullrich no solo criticó la falta de gestión de Macri, sino que también le recordó que desde 2016, la Ley 5688 le permite a la Ciudad tener su propio servicio penitenciario, pero nunca lo implementaron. Para la ministra, esto demuestra que la administración porteña no ha hecho lo necesario para solucionar el problema y que ahora buscan que la Nación se haga cargo.

El costo de la crisis penitenciaria

Otro punto fuerte del reclamo de Bullrich es el costo económico que implica la sobrepoblación carcelaria de la Ciudad para el resto del país. Según sus cálculos, desde que asumió el nuevo gobierno, el SPF recibió a más de 5.000 internos provenientes de la Ciudad, lo que significa un gasto anual de $156.639.750.000 que debe cubrir la Nación. Para la ministra, esto es inaceptable y pone en jaque la sostenibilidad del sistema penitenciario federal.

¿Y ahora qué?

El conflicto entre Bullrich y Macri es solo una muestra más de las tensiones que hay dentro del propio oficialismo. Mientras ambos coinciden en la necesidad de una política de seguridad más dura, parece que no logran ponerse de acuerdo en quién se hace cargo de los presos.

Por ahora, la pelota está en la cancha del gobierno porteño, que deberá definir cómo sigue la gestión de los detenidos en sus comisarías. La gran pregunta es si Jorge Macri tomará medidas concretas o seguirá intentando trasladar la carga al sistema federal.

Lo que es seguro es que este cruce no será el último. La crisis carcelaria es un problema que no se resolverá de un día para el otro y, con un panorama judicial cada vez más complicado, es probable que la tensión entre Nación y Ciudad siga creciendo en los próximos meses.

Habrá que ver si Macri logra encontrar una salida sin seguir chocando con Bullrich, quien dejó en claro que no piensa ceder ni un centímetro en este tema. Mientras tanto, las cárceles y comisarías siguen abarrotadas, y la inseguridad sigue siendo un problema que preocupa cada vez más a los porteños.