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Sábado, 8 de Marzo del 2025

Kicillof sube la luz en la provincia y pone de excusa a Milei

En un nuevo intento de deslindar responsabilidades, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, anunció un aumento en la tarifa de luz de hasta 3,3% y culpó directamente al Gobierno Nacional.

La medida, formalizada a través de la Resolución 120/2025, fue publicada en el Boletín Oficial bonaerense y justificada como una consecuencia de la quita de subsidios impulsada por la administración de Javier Milei.

Sin embargo, la realidad es otra: la provincia tiene control sobre sus tarifas y el aumento responde a decisiones propias. Lejos de admitir que el sistema de subsidios aplicado por los gobiernos kirchneristas se transformó en una bomba de tiempo, Kicillof prefiere continuar con el mismo discurso de siempre: victimizarse y responsabilizar a la Nación de sus propias decisiones.

El ajuste de tarifas disfrazado de culpa ajena

Según el comunicado oficial, el aumento se debe a tres factores:

  • La variación de precios mayoristas nacionales.

  • La quita de subsidios para los sectores de ingresos bajos y medios.

  • El ajuste del Valor Agregado de Distribución (VAD), que en promedio impactará un 2,3% en la factura final de los usuarios residenciales.

El impacto en los usuarios será el siguiente:

  • Un usuario de altos ingresos (N1) que pagaba $34.840 pasará a pagar $35.400, con un incremento del 1,6%.

  • Un usuario de ingresos bajos (N2), con tarifa social, pasará de pagar $20.900 a $21.600, lo que representa un aumento del 3,3%.

El aumento comenzará a reflejarse en los consumos de marzo y llegará a las facturas de abril.

La farsa del kirchnerismo: aumentar tarifas mientras culpa a Milei

El gobierno de Kicillof intenta hacer pasar esta medida como una imposición del Ejecutivo Nacional, pero la realidad es que la provincia de Buenos Aires es responsable de definir sus propios cuadros tarifarios. La quita de subsidios aplicada por Milei busca sanear las cuentas del Estado, eliminando un sistema que resultaba insostenible y que había sido utilizado durante años para distorsionar la economía.

El kirchnerismo mantuvo tarifas artificialmente bajas a costa de un gasto público que se volvió insostenible, y ahora, en lugar de reconocer las consecuencias de ese modelo, Kicillof se aferra a la narrativa de siempre: la culpa es de otro.

Mientras la administración bonaerense se esfuerza en difundir esta versión de los hechos, la realidad es que la provincia sigue aplicando ajustes propios y aumentando las tarifas según sus necesidades fiscales. La contradicción es evidente: el gobernador critica a Milei mientras implementa medidas que siguen la misma lógica de saneamiento económico.

Las obras energéticas que nunca llegan

Para disfrazar el golpe de la suba tarifaria, Kicillof también anunció la supuesta ejecución de 51 obras relacionadas con estaciones transformadoras, con una inversión estimada de $790.000 millones. Sin embargo, un análisis más profundo de estos datos revela otra historia:

  • Desde 2019, solo se finalizaron 12 obras.

  • Actualmente, hay 4 en ejecución.

  • 3 se encuentran en proceso de licitación.

  • 20 están en fase de proyecto.

  • El resto ni siquiera ha tenido avances concretos.

Es decir, la gran mayoría de las obras continúan en el aire, mientras la provincia enfrenta recurrentes problemas en la calidad del suministro eléctrico. Este déficit de inversión es otra consecuencia de años de desmanejo kirchnerista, donde los fondos destinados a infraestructura fueron dilapidados en políticas populistas y subsidios insostenibles.

Milei avanza con el ordenamiento económico, Kicillof insiste con la demagogia

El presidente Javier Milei ha sido claro en su objetivo de eliminar las distorsiones económicas y equilibrar las cuentas públicas. La decisión de reducir los subsidios es parte de un plan para acabar con un modelo inviable que generó desequilibrios fiscales y mantuvo una economía basada en falsos beneficios.

Sin embargo, Kicillof y el kirchnerismo se niegan a asumir las consecuencias de su propia gestión y continúan apostando a la demagogia. Mientras la provincia de Buenos Aires aplica ajustes disfrazados, su gobierno sigue utilizando el relato para evitar rendir cuentas.

La realidad es innegable: la provincia aumenta tarifas mientras culpa a la Nación, demostrando que el kirchnerismo solo busca perpetuar su discurso sin asumir ninguna responsabilidad. La estrategia política es clara: seguir vendiendo humo mientras los bonaerenses pagan las consecuencias de años de malgasto y mala administración.