Kicillof prefirió acusar a Milei en lugar de hacerse cargo de la inseguridad en PBA
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, arremetió contra el presidente Javier Milei acusándolo de ser "el principal responsable del narcotráfico" en el país.
Sin embargo, las declaraciones del mandatario bonaerense buscan desviar la atención de la realidad: la inseguridad en el conurbano bonaerense ha crecido de manera alarmante y su gestión no ha mostrado soluciones concretas. Mientras Kicillof lanza acusaciones, el gobierno nacional redobla sus esfuerzos para combatir el crimen y la corrupción en el país.
De manera constante, Kicillof, es acusado de no querer hacerse cargo de la inseguridad. En las redes sociales, casi todos los días es rechazado.
En 2020, Kicillof y su gobierno perseguían con helicópteros a gente que salía a remar al río SOLA, mientras dejaban al narco entrar sin problemas.
— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) February 28, 2025
En 2024, los números son récord. No le tengas miedo a los datos, Kicillof. Ah, cierto… son expertos en dibujarlos. https://t.co/9JzUkh2Jbd
Pero Bullrich no fue la única en demostrar su rechazo a la falta de responsabilidad del mandatario.
Este proyecto para evitar que los asesinos vayan a las cárceles lo mandaste VOS a la cámara de la provincia y ya tiene media sanción en diputados pedazo de hijo de puta. Y la fiscal que liberó al asesino de Kim la postulaste VOS para Jueza de la Cámara. https://t.co/ResHXmTODF pic.twitter.com/dVbunWSHpq
— DAN (@GordoDan_) February 28, 2025
El trasfondo del conflicto: Milei exige resultados ante una crisis de seguridad
El enfrentamiento entre el presidente y el gobernador se intensificó luego de una ola de violentos episodios en la provincia de Buenos Aires, incluyendo el asesinato de una niña de siete años, un hecho que conmocionó al país. La reacción de Milei fue contundente: exigió la renuncia de Kicillof y advirtió que, de no tomar medidas, el gobierno nacional podría intervenir la provincia para restaurar el orden y garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Ante esta postura firme del presidente, Kicillof intentó trasladar la responsabilidad al Ejecutivo nacional, argumentando que la provincia no produce drogas y que la seguridad en las fronteras es competencia del gobierno central. No obstante, los datos revelan que la falta de acción y las políticas permisivas del kirchnerismo han permitido que el narcotráfico y la violencia se instalen con fuerza en el conurbano bonaerense, afectando gravemente a los vecinos.
Una estrategia para desviar la atención
La acusación de Kicillof contra Milei no es más que una maniobra política para evitar asumir la responsabilidad de la crisis que atraviesa su provincia. Mientras el gobierno nacional impulsa reformas estructurales para mejorar la seguridad y combatir el crimen organizado, el gobernador prefiere el enfrentamiento político en lugar de buscar soluciones concretas.
Desde el Ministerio de Seguridad de la Nación se han reforzado operativos y se ha intensificado el combate contra el narcotráfico en todo el país, incluyendo la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, para que estas medidas sean efectivas, es fundamental que exista una coordinación con los gobiernos provinciales, algo que Kicillof se ha mostrado reacio a hacer, priorizando la confrontación con la administración de Milei.
El desafío de gobernar con resultados, no con discursos
Mientras Milei avanza con reformas y enfrenta de manera directa los problemas estructurales del país, el gobernador de Buenos Aires sigue anclado en la retórica y la victimización política. En lugar de atender la crisis de seguridad que golpea a los bonaerenses, Kicillof opta por denunciar penalmente al presidente y reforzar su discurso de confrontación.
El gobierno nacional ha dejado en claro que la lucha contra el crimen y el narcotráfico es una prioridad. Con o sin el apoyo del gobernador bonaerense, Milei está decidido a tomar medidas concretas para garantizar la seguridad de los ciudadanos, marcando un claro contraste con la inacción y las excusas del kirchnerismo. En este escenario, el verdadero desafío es dejar de lado la politiquería y centrarse en lo que realmente importa: devolverle la tranquilidad a los argentinos.