El Gobierno Nacional bajó impuestos pero aún así logró una excelente recaudación
En un giro sorprendente para muchos pronósticos económicos, la recaudación impositiva en Argentina alcanzó los $13,5 billones en febrero, con un incremento real del 11%, a pesar de las importantes reformas fiscales implementadas por el gobierno de Javier Milei, que incluyeron la eliminación del impuesto PAIS y la reducción de retenciones.
Este notable aumento en los ingresos fiscales subraya la efectividad de la política económica del gobierno, que ha logrado equilibrar la baja de impuestos con un crecimiento sostenido de la actividad económica y un robusto desempeño fiscal.
La recaudación, uno de los principales indicadores de la salud económica de un país, no solo muestra una fuerte expansión, sino que también refuerza el mensaje central de la gestión de Milei: reducir la carga tributaria no necesariamente implica una disminución de los ingresos fiscales, sino que puede ir de la mano con una reactivación económica y mayor cumplimiento de las obligaciones fiscales.
A pesar de los efectos negativos de la eliminación del impuesto PAIS y la baja de retenciones en algunos sectores, como el agro, los ingresos fiscales se vieron compensados por el crecimiento en otras áreas clave, como el Impuesto a las Ganancias y el IVA. El impuesto a las Ganancias, especialmente el que afecta a los asalariados, mostró un impresionante aumento del 43%, lo que resultó en $2,6 billones recaudados, lo que refleja una mayor formalización del empleo y una recuperación económica en sectores clave. En paralelo, el IVA creció un 6,7%, alcanzando los $4,7 billones, lo que muestra el impacto positivo de una mayor actividad económica en el consumo.
Además, en un indicador relevante de la recuperación económica, la recaudación del impuesto a los combustibles se disparó un 302%. Este aumento refleja la actualización de las alícuotas, que ha permitido al gobierno compensar la caída de otros ingresos y consolidar las arcas fiscales. A su vez, el crecimiento del 31% en los ingresos por seguridad social sugiere una recuperación en el empleo formal, un dato clave para el gobierno que busca fortalecer el sistema previsional y generar más estabilidad laboral en el país.
Un dato adicional que ha llamado la atención de muchos analistas es el aumento del 20% en los giros por Coparticipación Federal a las provincias, lo que refuerza la idea de que, contrariamente a lo que algunos sectores afirman, el gobierno no está ahogando financieramente a las provincias. Este incremento en los giros es fundamental para garantizar la estabilidad económica de las provincias y, por ende, el bienestar de los ciudadanos en todo el país. Sin embargo, el gobierno de Milei continúa restringiendo las transferencias discrecionales, lo que se alinea con su política de ajuste fiscal y control del gasto público.
Este crecimiento sostenido en la recaudación fiscal, que se ha mantenido positivo por dos meses consecutivos, le da al gobierno un margen de maniobra clave para consolidar el superávit fiscal que tanto ha buscado, sin perder de vista el objetivo de reducir el déficit público. Además, Milei se encuentra ahora en una posición más sólida para evaluar nuevas reducciones de impuestos, un aspecto clave de su estrategia económica. La combinación de una política fiscal más austera, pero al mismo tiempo, con incentivos para el crecimiento económico, parece estar dando frutos, permitiendo al gobierno continuar con su plan de ajuste y reestructuración del Estado sin sacrificar la estabilidad financiera.
En resumen, la gestión fiscal de Javier Milei ha demostrado que, incluso con una reducción de impuestos significativa, es posible generar una mayor recaudación a través de un crecimiento económico sostenido, una mayor formalización del empleo y una mejora en la eficiencia del sistema tributario. Esto no solo refuerza la recuperación económica del país, sino que también le otorga al gobierno un espacio más amplio para continuar con las reformas necesarias y avanzar en el objetivo de un equilibrio fiscal que permita la reducción de la carga sobre los contribuyentes a largo plazo, sin comprometer la estabilidad económica de Argentina.