Axel Kicillof dice que Milei genera peleas familiares y por eso hay inseguridad en la provincia
Recientemente, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, acusó al presidente Javier Milei de ser responsable de la violencia y los asesinatos en su territorio. Según Kicillof, las "peleas familiares" que genera Milei son las que provocan estos trágicos hechos.
Esta postura resulta, por decir lo menos, cuestionable y está lejos de ser la solución a los graves problemas de inseguridad que enfrenta la provincia.
Lo primero que se debe aclarar es que la violencia en la provincia de Buenos Aires no es un fenómeno nuevo ni está relacionado exclusivamente con disputas políticas. La inseguridad es un problema estructural que afecta a millones de bonaerenses y que requiere una gestión efectiva, más allá de señalar culpables externos. En lugar de asumir la responsabilidad que le corresponde como gobernador, Kicillof se enfoca en culpar al gobierno nacional, en especial a Milei, por la situación de violencia que atraviesa su provincia.
Es cierto que Kicillof ha mencionado la falta de recursos federales para enfrentar el crimen y ha pedido que se devuelvan fondos destinados a la seguridad. Según él, la escasez de recursos federales ha afectado la capacidad de la policía bonaerense para combatir la inseguridad. Pero, ¿es realmente la falta de fondos la causa principal de la violencia en la provincia? No cabe duda de que los recursos son importantes, pero la realidad es que la gestión de Kicillof ha sido ampliamente criticada por no implementar políticas efectivas para reducir los índices de criminalidad. A pesar de los fondos que puedan o no estar disponibles, lo que está claro es que la falta de acción concreta es lo que está dejando a la provincia atrapada en un círculo vicioso de violencia.
Es bastante fácil culpar a otros, pero la responsabilidad primaria en la seguridad de la provincia recae directamente sobre Kicillof y su equipo de gestión. En lugar de responsabilizar a Milei o a las peleas políticas, Kicillof debería estar enfocado en cómo mejorar la seguridad en las calles, cómo reforzar las fuerzas policiales y cómo implementar políticas de prevención y reacción ante el crimen. Hacerlo de otra manera solo muestra una actitud evasiva ante los problemas reales.
Además, este tipo de acusaciones no hace más que desviar la atención de las verdaderas falencias del gobierno provincial en términos de seguridad. Al seguir con su discurso de culpar al gobierno nacional, Kicillof está fallando en su deber de proteger a los bonaerenses. Mientras él señala a Milei, la violencia sigue creciendo en las calles de la provincia y los ciudadanos quedan expuestos a situaciones de peligro cada vez más graves.
La provincia de Buenos Aires necesita una respuesta seria y efectiva frente a la inseguridad, no un juego de acusaciones políticas. El gobernador Kicillof debería ser el primero en trabajar para garantizar la seguridad de los habitantes de la provincia y dejar de lado las disputas partidarias. Culpar al presidente Milei por "peleas familiares" no solo es una excusa vacía, sino que también es un intento de evadir su propia responsabilidad en un tema tan grave.
Es hora de que Kicillof asuma su rol y deje de desviar la atención hacia factores externos. Si realmente quiere que la violencia disminuya en la provincia, deberá centrarse en implementar políticas eficaces y responsables para mejorar la seguridad, en lugar de culpar a otros por la falta de resultados en su gestión. El pueblo bonaerense merece algo más que excusas: necesita soluciones concretas.