Alberto Fernández se presentó en Comodoro Py para declarar en la causa que lo investiga por violencia de género contra su ex pareja, Fabiola Yañez. Como era de esperarse, negó todo, intentó culparla a ella y hasta se hizo pasar por víctima.

El expresidente entregó un escrito de 221 páginas donde dice que "jamás" la golpeó y que, en realidad, el que sufría maltrato era él. Según su relato, Yañez se ponía violenta cuando tomaba alcohol y él solo intentaba defenderse. Lo curioso es que las fotos muestran a Yañez llena de moretones, mientras que de Fernández no hay ni una sola marca.

¿Y las pruebas?

La causa arrancó cuando se revisó el celular de María Cantero, secretaria de Fernández, en una investigación por corrupción. Ahí encontraron chats de Yañez contando que Fernández la golpeaba y hasta imágenes de sus lesiones. Al principio, ella no quiso denunciar, pero cuando la información se hizo pública, no le quedó otra.

El fiscal Ramiro González lo imputó por lesiones leves agravadas por violencia de género y coacción. Es decir, no es solo un "malentendido" como él quiere hacer creer. Hay pruebas, testigos y ahora la Justicia deberá decidir si lo procesa o no.

Fernández vs. Ercolini: el intento desesperado de zafar

En su estrategia para escapar, Fernández intentó embarrar la cancha recusando al juez Julián Ercolini. Dijo que el magistrado lo "detesta" y que lo quiere ver preso. Ya había intentado lo mismo en otra causa por corrupción relacionada con la contratación de seguros durante su gobierno. Parece que su única defensa es atacar a la Justicia.

¿Y ahora qué?

El juez Ercolini tiene que decidir en las próximas semanas si lo procesa o lo deja libre. Mientras tanto, Fernández sigue con su discurso de víctima en redes sociales, tratando de instalar que todo es una "operación política". Pero las pruebas están ahí y esta vez, parece que no le será tan fácil salir impune.